Si la semana pasada os hablábamos de la importancia que adquiría la red social, parece que ésta poco poco se desinfla. Tras retirarse de la puja gigantes como Disney o Google sus acciones están experimentando caídas continúas sesión tras sesión. Tal y como se anunció una posible venta de Twitter y a medida que se iban sabiendo posibles compradores sus acciones se disparaban en bolsa. Y ahora estamos asistiendo al fenómeno contrario.
Tal es la caída que está experimentando Twitter que ha llegado a perder en dos sesiones una cuarta parte de su valor bursátil. Y el nerviosismo de sus principales accionistas genera incertidumbre y miedos. Gran cantidad de expertos afirmaban que el nivel de capitalización que alcanzaban las grandes páginas web era temerario.
¿Explosión de burbuja o estrategia bursátil?
No es la primera vez que se vaticina la explosión de la burbuja de las compañías basadas en redes sociales. Y resultan estratosféricas las sumas que se barajan sobre la venta de una web que anualmente anuncia pérdidas. Y no pocas, en el resumen anual de 2015 las pérdidas se han cuantificado en 521 millones de dólares. Cifra que se reduce en un diez por ciento si se compara con el año anterior. Pero que no deja de ser una cantidad a tener en cuenta sobre todo en pleno proceso de venta.
A estas escandalosas pérdidas se suma la alarmante fuga de usuarios. Hasta 5 millones de usuarios han decidido cerrar sus cuentas de Twitter con respecto al año anterior. Twitter huele a «chamusquina». ¿Estarán pensando en alguna nueva estrategia que reflote la red social?. Pues sí, hay algunos cambios previstos que no son del todo bien vistos por los usuarios.
Algo de lo que advertíamos si Twitter cambiaba de manos eran posibles cambios. Y como usuario de esta red social (@rafarodriguezb), queríamos que ésta cambiara cuanto menos mejor. Twitter tiene sus virtudes y sus defectos, pero actualmente nos gusta tal y como es. Pues estos cambios se realizarán antes incluso de que se lleve a cabo el proceso de venta. Estos cambios deberían servir precisamente para mejorar la imagen de una empresa que parece que «hace aguas».
Twitter se encuentra en pleno proceso de cambios.
Mediante la aplicación de un nuevo algoritmo, se modificará el time-line al que estamos acostumbrados. Ya no veremos las publicaciones por orden cronológico como hasta ahora. En vez de eso, Twitter nos mostrará las publicaciones que considere que más nos interesan. A priori puede parecer interesante, pero aún no sabemos como resultará.
El orden cronológico prima en la red social desde su llegada, y no sabemos si el nuevo algoritmo conseguirá hacerlo más atractivo. Twitter tal y como es hoy sirve como una muy útil herramienta de información instantánea. Y cuando se desarrolla algún suceso de importante trascendencia es realmente necesario para estar actualizados. Por ello el nuevo sistema, aún antes de su implantación, no convence. De todas formas, y para tranquilidad de los que nos gusta la forma actual, este nuevo modelo podrá desactivarse sencillamente.
De la euforia al «bajón».
Desde Twitter afirman que siguen trabajando en lo que pretenden que sea una plataforma «en directo». Conversaciones, comentarios, y conexiones en directo. Y todo esto lo conocemos en unas semanas en las que sus acciones son una montaña rusa. Las expectativas creadas al principio del anuncio de la venta están desapareciendo a medida que pasan los días. Y aún no está claro cuál es el motivo de que no se haya acordado de una vez la esperada venta.
Retirados de la puja Salesforce, Disney y Google, estas últimas sin haber llegado a plantear oferta, aún quedan pretendientes. Pero observando el vaivén de las acciones, y los millones de dólares en pérdidas, Twitter no resulta tan interesante como parecía. Actualmente el valor de Twitter está estimado en 12.000 millones de dólares. Pero la rentabilidad de una inversión de tal magnitud, y los problemas para mantener a sus usuarios no ayudan. Y prueba de ello es que tras dos años «en venta», aún no se ha podido cerrar una transacción que marcará claramente un antes y un después tanto en bolsa, como en redes sociales.