Los smartwatches son productos que lo están teniendo muy difícil. Y la verdad que a veces se hace difícil entender la razón, ya que es un producto del que hace dos décadas era simplemente imprescindible no vivir sin uno. Pero a día de hoy, desde una de las acciones a las que estamos más acostumbrados, como es sacar el móvil del bolsillo del pantalón o del bolso, podemos saber la hora o mirara esas notificaciones, por lo que tener dos productos que hacen lo mismo, muchos lo ven como una tontería y pérdida de tiempo.
TAG Heuer sí que se ha subido a ese tren lento que son los smartwatches para mostrarnos un reloj inteligente al que simplemente nos tenemos que hacer la idea que nunca lo compraremos. La versión oro rosa de su Android Wear que lanzó hace casi un año llega a un precio de casi 10.000 dólares. Ahora se puede entender ese encabezado o titular que protagoniza esta noticia de un reloj dirigido para muy pocos.
Tampoco nos vamos a engañar que TAG Heuer es una marca de prestigio y se puede permitir el lanzamiento de estos relojes que posiblemente encuentren su comprador. De todas formas, esta compañía se queda un poco lejos de centrarse en la venta de este tipo de relojes conectados y no se está tirando a la piscina. Un movimiento sabio debido a las pocas ventas que obtienen este tipo de productos.
Quizás la idea viene más bien desde introducir un smartwatch para esas generaciones más jóvenes que les permita conocer las calidades que suelen imperar en esta marca de relojes. Posiblemente, algunos se piensen en adquirir uno, pero sin esos valores «smart» que tan en boga están a día de hoy.
Esta variante oro osa de TAG Heuer Connected Watch cuesta 9.990 dólares y se vale de Android Wear. Tiene un procesador Intel Atom, un elemento que los diferencia del resto de smartwatches del mercado.
