Samsung no se ha andado parco en sacar la cartera para sustituir todos esos Galaxy Note 7 que se han visto con el problema de las explosiones. Un jarrón de agua fría para el fabricante coreano que este año iba de forma arrolladora con unas ventas espectaculares del Galaxy S7 y que con el Note 7 todo se dirigía a lo mismo.
El sacar la cartera para paliar el problema de las explosiones le va a suponer a Samsung la cifra total de 1.000 millones de euros. Estos números llegan desde varios analistas de la industria que han llegado a esa conclusión con la que afirman que Samsung podrá salir de ese grave problema con el que se ha encontrado.
Y aunque la compañía coreana haya declarado que fueron un número bien bajo de dispositivos, Samsung ha mantenido que hará una sustitución total de los 2,5 millones de terminales Galaxy Note 7 que ha distribuido a los consumidores en las dos últimas semanas.
Estimaciones que llegan desde varias firmas de análisis, como son Credit Suisse Group Ag o Pelham Smithers Associates, sugieren que el gasto total de esas sustituciones le costaría a la compañía unos 1.000 millones de euros. El coste aproximado de devolver un terminal se ha calculado en unos 900 dólares más el beneficio que Samsung habría conseguido. Ya dijo Koh Dong Jin que la cifra era escandalosa, pero es vital que sea así para que el daño sea el menor posible.
Según Credit Suisse, el fabricante coreano esperaba generar cerca de los 108 dólares de beneficio por cada Note 7 vendido, y estaba estimando que llegaría a los 8-9 milllones de unidades vendidas antes de fin de año. Lo que sería de unos 864 a 972 millones de dólares netos, así que esta campaña para sustituir los dispositivos eliminará de raíz los beneficios que obtendría del Note 7 para este año.