Dicen que el dinero todo lo puede sin embargo, hoy os traemos una nueva prueba de que eso no siempre es cierto. Google es una de las compañías más grandes del mundo y esto significa que cuenta con una “insultante” cantidad de dinero en efectivo preparado para, por ejemplo, ser invertido en nuevas adquisiciones.
Así, según ha publicado el medio Business Insider, el año pasado Google quiso comprar Snapchat llegando a ofrecer 30.000 millones de dólares sin embargo Snap, la empresa que se encuentra tras este popular servicio y que en realidad era el objeto de deseo de Google, dijo NO con la misma rotundida que se lo dijo tiempo atrás a FaceBook.
Ni 30.000 millones de dólares fueron suficientes para comprar Snapchat
De acuerdo con la información publicada por Business Insider, el acuerdo de 30.000 millones de dólares era un “secreto abierto» entre los integrantes y algunos de los altos ejecutivos de la compañía Snap. Probablemente, las conversaciones se produjeron en mayo de 2016 cuando Snap abrió una nueva ronda de financiación privada, resultando especialmente llamativo que en dicha ronda participó “CapitalG”, una empresa de inversión que en última instancia era administrada por Alphabet.
Por otro lado, parece que en marzo de este año de nuevo hubo conversaciones con la intención de comprar Snapchat cuando Snap hizo una oferta pública inicial (OPI) en la Bolsa de Nueva York sin embargo, estas conversaciones suceden con frecuencia en el marco de rondas de financiación y OPIs, por lo que no se puede saber si alcanzaron una seriedad notable.
El hecho de que Google haya intentado comprar Snapchat no debe sorprender pues ya en el pasado a intentado y, en ocasiones, llegado a comprar otras compañías, desde Spotify a Souncloud o Twitch, entre otras. Lo realmente llamativo es el importe de la compra, 30.000 millones de dólares, que supone el doble del valor que actualmente tiene la compañía.
Snap ha negado los rumores mientras que Google no ha respondido a las demandas de una declaración formuladas por el medio, por lo que, tal vez, ese principio de acuerdo jamás llegó a producirse o, al menos, no en estos términos.