Antes de su lanzamiento en Latinoamérica, el servicio de vídeo en streaming de Disney, Disney+, tenía 73 millones de suscriptores, una cifra que tras llegar a más países, tal y como era de esperar, se ha incrementado en más de 20 millones llegando a los 95 millones de suscriptores.
Cuando Disney presentó su apuesta por el vídeo en streaming, se fijó el objetivo de alcanzar en 2024 entre 60 y 90 millones de suscriptores una cifra que ha superado con tan solo un año en el mercado. Las nuevas previsiones apuntan a que para 2024 tendrá entre 2030 y 260 millones de suscriptores.
Netflix, tiene a día de hoy más de 200 millones de suscriptores, una suscripción que es mucho más cara que la que nos ofrece Disney, aunque este ya ha comenzado a subir la cuota. Gran parte del crecimiento de Disney se basa en las suscripciones anuales que ofreció con el lanzamiento de Disney+, promociones que muchos usuarios aprovecharon (como es mi caso).
Si bien es cierto que Disney+ anunció hace unos meses sus planes para crear nuevo contenido en formato series basado en Star Wars y Marvel, el ritmo de creación de estas series es lento. Además, el catálogo disponible (sin contar el relleno), al igual que el de Apple es muy limitado y realmente no invita a seguir pagando por la suscripción mensualmente.
Como he dicho en diversas ocasiones, el ritmo de suscriptores de Disney+ se ha basado, en gran medida en las promociones de lanzamiento. Ahora que ya se encuentra disponible en casi todo el mundo y que ha subido el precio, es cuestión de tiempo que los usuarios comiencen a valorar si realmente merece la pena el contenido disponible o si es preferible contratar meses sueltos y hacer maratones del nuevo contenido que se estrene en esta plataforma.