Cuando se desea crear un sitio web, una de las primeras cosas que hay que contratar es un servicio de hosting, es decir, el alojamiento en un servidor para poder almacenar allí nuestro sitio. Y es que, la nube, pese a lo que muchos piensan, tiene un lugar físico, en centros de datos. Pues bien, a la hora de elegir el hosting adecuado nos topamos con infinidad de compañías diferentes que proveen de este servicio, y de un buen número de tipos diferentes de alojamiento web.
Todo esto hace complicado a la hora de elegir el más adecuado según tus necesidades y preferencias. Por eso, en este artículo podrás conocer los tipos existentes, sus características, y cuál deberías elegir en cada caso.
¿Qué es un hosting?
Explicado con palabras sencillas, los sitios web se alojan en servidores, que almacenan el contenido y los datos de esos sitios. Los servidores son potentes máquinas que albergan y procesan información, conectados a una red. Cada parte de su sitio web, desde los archivos de imagen, hasta el texto, pasando por los vídeos, se almacena dentro de estas máquinas para tener acceso a ellos desde cualquier dispositivo conectado al servidor como cliente.
Los centros de datos, donde se ubican y mantienen los servidores, suelen ser operados por diferentes empresas de alojamiento web. Los proveedores de alojamiento web proporcionan la tecnología y el espacio de servidor necesarios para que su sitio web sea accesible, además de prestar otros servicios o funciones adicionales (copias de seguridad, funciones de seguridad,…) para ayudar a los clientes.
Tipos de hosting
A la hora de elegir un servicio de hosting no solo es importante saber elegir el proveedor adecuado, sino también los distintos tipos que ofrece cada uno de estos proveedores. En este apartado conocerás los tipos existentes y sus características, conociendo así las ventajas y desventajas de cada uno:
Administrado vs no administrado
Un servidor administrado pone a tu disposición algunas herramientas o funciones adicionales para la gestión de tu sitio web. Además, pueden incluir asistencia técnica adicional en el plan. Por tanto, este tipo de hosting tiene la ventaja de disponer de esos servicios extra (copias de seguridad, mantenimiento, seguridad web, aceleración con LiteSpeed,…), pero también tiene desventajas, como el hecho de tener que pagar más por estos servicios adicionales.
Por otro lado, otra desventaja es que es probable que nos e tenga acceso completo al sitio donde está alojado tu web, por lo que puede ser más complicado realizar ciertos ajustes a menos que estén incluidos en el plan elegido. En definitiva, no es una opción si quieres tener mayor control.
En el lado opuesto está el hosting o alojamiento no administrado. En este caso se tiene mayor control sobre el servicio, pero tú serás el responsable de la protección, el rendimiento, la administración y las actualizaciones del sitio. En este caso se tienen algunas ventajas como una mayor personalización y optimización, más control, acceso completo a la raíz del servidor, ahorrar en costes por funciones adicionales, completo panel de control del alojamiento, etc.
En su contra tiene también una mayor inversión de tiempo y recursos para mantener tu sitio, es decir, en definitiva, tendrás que contar con mayor experiencia para poderlo llevar a cabo.
Hosting compartido o shared hosting
Este tipo de hosting, haciendo una analogía, sería como vivir en una casa compartida para reducir el coste del alquiler. Es decir, es un alojamiento compartido con otros clientes para así obtener el servicio más barato. Esto sería una buena opción para pequeños sitios. Pero la desventaja más notable en este caso sería la falta de espacio y que los problemas de otros terminen afectando a tu sitio también.
Este tipo de servicio puede ser el mejor para pequeños sitios webs, para los que comienzan con un blog o sitio que no necesite de un gran espacio y no sea crítico. Por ejemplo, podría ser un buen plan para los sitios que no superarán las 10.000 o 20.000 visitas mensuales.
Ventajas:
- Más barato
- Fácil puesta en marcha
- No necesitarás conocimientos técnicos
Desventajas:
- Recursos compartidos con otros sitios web
- Problemas de rendimiento fuera de tu control
- Cargas más lentas
- No escalable
Hosting elástico o elastic sites
Es un tipo de plan de alojamiento más flexible. Tiene una particularidad, y es que permite crecer o escalar las limitaciones del espacio del plan elegido inicialmente, para adaptarse a las necesidades cambiantes que tiene tu sitio. Por ejemplo, si comienzas con una pequeña web y vas teniendo mayor éxito y ampliando tu negocio, este plan se adaptará siempre a tus necesidades.
Un punto a tener en cuenta es su expansión automática, pagando un plus para obtener un plan mayor. Sin embargo, también tiene sus inconvenientes, como que no es el más adecuado para páginas web complejas o que tus opciones son más limitadas que en un hosting dedicado.
Un buen plan para los clientes con sitios complejos que tengan pensado ir creciendo.
Ventajas:
- Ahorro de costes, ya que siempre estará adaptado a tu crecimiento
- Escalabilidad
- Fiabilidad
Desventajas:
- No es siempre lo más barato
- Tampoco lo más rápido
Hosting dedicado
En este caso, tendrás un servidor completamente dedicado para ti, es decir, siguiendo con la analogía anterior, sería como tener una vivienda propia, sin tener que compartir con otros. Eres el propietario, y se te asigna un servidor físico con todos sus recursos. De esta forma, tienes un servicio mucho más profesional, y serás el administrador directo de él.
Es ideal para los que necesitan más potencia y tienen muchas visitas. Pero su exclusividad tiene un coste económico mayor que otros servicios, además de que tendrás que tener conocimientos de administración avanzados o contratar mano de obra especializada para la administración.
Un buen plan para los que desean mayor control, con sitios webs complejos, como los de empresas u organizaciones de gran tamaño. Puede ser útil para sitios que tengan más de 100.000 visitas mensuales, es decir, un alto tráfico.
Ventajas:
- Control absoluto del servidor
- Recursos no compartidos
- Tiempos de carga, rendimiento y disponibilidad elevados
Desventajas:
- Mayor coste
- Requiere conocimientos técnicos para su gestión
- Tú serás el responsable de todo
VPS o Virtual Private Server
Puede ser una buena alternativa entre el servidor compartido y el dedicado. Este tipo de hosting tiene algunas de las características de un hosting dedicado, pero en vez de un servidor físico, se te asigna una porción de un servidor físico, es decir, una máquina virtual.
De esta forma, se te asignan una serie de recursos de hardware (CPU, RAM, almacenamiento…) de dicho servidor físico para que funcione como si de un servidor dedicado se tratase. La ventaja es el precio, que es más barato que un servidor dedicado, aunque algo más caro que uno compartido.
Este tipo de servicio puede ser bueno para sitios de pequeñas y medianas empresas que necesiten algo más que un servidor compartido, pero que sea más asequible y sencillo que uno dedicado.
Ventajas:
- Recursos virtuales dedicados
- Posibilidad de hacer configuraciones personalizadas
- Alta disponibilidad
- Coste moderado
Desventajas:
- Servidor físico compartido con otros VPS
- Ciertas limitaciones de control
Cloud hosting
Su nombre puede parecer algo confuso, pero se trata de un tipo de alojamiento que está en múltiples servidores de manera simultánea. Esto hace que la carga se equilibre, con la ventaja de que si un servidor cae o falla, el servicio seguirá funcionando en los otros. Pero también tiene sus desventajas, como su mayor coste.
Este servicio puede ser una buena opción para empresas con sitios medios o grandes que están creciendo rápidamente, como alternativa a un VPS. Por ejemplo, como los sitios de más de 50.000 visitas mensuales.
Ventajas:
- Alta seguridad
- Recursos escalables bajo demanda
- Alta disponibilidad
Desventajas:
- El precio no es el más bajo de todos los tipos
- Limitaciones en la personalización
La importancia de un buen hosting para cumplir los Core Web Vitals de Google
Las Core Web Vitals son unas nuevas métricas de Google para medir la experiencia de usuario en un sitio web. Para optimizar la web deberías cumplir con estas métricas que irán midiendo las herramientas puestas en marcha por Google en los últimos tiempos.
Para que estas métricas salgan bajo valores adecuados, es muy importante elegir un alojamiento adecuado como el hosting Raiola Networks. De lo contrario, el acceso a la web y su contenido podría verse mermado de forma considerable, lo que condicionará el SEO de dicha web, incluso si la web está optimizada para ello.
Hay que tener en cuenta que hasta el momento Google tenía en cuenta ciertos aspectos de optimización para la experiencia de usuario, priorizando una página frente a otra. Sin embargo, a partir de ahora se basan en:
- LCP (Largest Contenful Paint): mide el tiempo de carga del contenido de un sitio. Toma como referencia el tiempo de carga del contenido más grande sin necesidad de hacer scroll. Para que se ajuste un sitio a los estándares que exige Google Core Web Vitals se debe estar por debajo de los 2.5 segundos.
- FID (First Input Delay): es el tiempo que pasa desde que el usuario realiza una acción en la web hasta que el navegador devuelve una respuesta a dicha acción. Es una métrica centrada en la interactividad del usuario. Para posicionar bien, el FID debería ser inferior a 100 ms.
- CLS (Cumulative Layaut Shift): a diferencia de las dos métricas anteriores, el CLS mide la frecuencia con la que se producen cambios de diseño mientras el usuario está en la página. Es decir, la estabilidad visual de la web. El valor CLS de tu web debe estar por debajo de 0,1 para que el sitio esté bien posicionado.
Esperamos que con toda esta información ahora tengas mucho más claro cómo elegir un hosting y la importancia que tiene un buen servicio para que las webs que visitas día a día, carguen lo más rápido posible.
