El LG Watch Sport (en la imagen superior, el modelo situado a la derecha), junto el el LG Watch Style, constituyen la última apuesta en diseño de Google y fabricación de LG por los dispositivos wearables. El modelo Sport, es uno de los dispositivos Android Wear más completos jamás lanzado; cuenta con conectividad LTE, GPS, NFC, un sensor de ritmo cardíaco, barómetro, Wi-Fi y muchas otras funciones sin embargo, carece de algo que podría resultar de lo más básico: sus correas no pueden ser reemplazadas.
Efectivamente, el completo (y caro) LG Watch Sport no ofrece al usuario la posibilidad de que su correa pueda ser sustituida por otra que le gusta más y que pueda encontrar en el mercado a buen precio. Por extraño que parezca, estas correas se fijan a la caja del reloj a través del uso de unos tornillos. Pero lo que parece tan extraño, no lo es en realidad, pues la correa del LG Watch Sport cuenta con una función más allá de la básico y fundamental de sujetarlo a la muñeca del usuario.
La correa del LG Watch Sport ya es objeto de críticas
Ayer, por fin, Google dio a conocer la nueva generación de su sistema operativo para dispositivos wearables, Android Wear 2.0, y su nueva apuesta por este tipo de dispositivos, el LG Watch Style, de aspecto más clásico y funciones más limitadas, y el LG Watch Sport, mucho más completo y resistente.
Los análisis y primeras impresiones ya han comenzado a circular por la red y, si bien la mayoría de ellos coinciden tanto en el elevado precio de ambos dispositivos, como en que el modelo Sport es uno de los dispositivos Android Wear más completos que nunca se hayan lanzado, un aspecto ha llamado poderosamente la atención: su correa está fijada a la caja a través de tornillos algo que, en realidad, no es nuevo, pues ya sucedía con el LG Watch Urbane 2ª edición.
En principio, éste extremo dificulta, aunque no imposibilitaría, que cualquier usuario pueda cambiar las correas del LG Watch Sport a su antojo, optando por varios colores, materiales, modelos y precios. En principio, porque la verdad es que si estabas pensando en coger el destornillador y cambiar la correa, ya te puedes ir olvidando.
La razón por la cual las correas del LG Watch Sport no se pueden reemplazar es sencilla: en su interior, la correa aloja todas las antenas inalámbricas para el smartwatch. La conectividad LTE, el GPS, la conexión Wi-Fi, y hasta la conectividad Bluetooth, todo ello depende de las antenas que se guardan a buen recaudo en el interior de la correa del reloj.
Así, la probabilidad de que veamos correas de terceros fabricantes (e incluso lanzadas por las propias compañías LG y Google) para el LG Watch Sport, se reducen drásticamente. Y si aparecen, seguro que no serán precisamente baratas.
Una correa poco adaptable
No es la única crítica que circula en torno a los nuevos relojes inteligentes de Google, ni tampoco la única relacionada con sus correas. Dicen quienes ya lo han tenido entre sus manos que la parte de la correa que se encuentra más próxima a la caja del dispositivo es bastante rígida (con el fin, lógicamente, de que las antenas guardadas en su interior no se puedan doblar). Esta rigidez podría hacer que el LG Watch Sport pueda resultar algo incómodo, especialmente para personas de muñecas anchas, pues la correa, en esta parte, se adapta poco al usuario.
Sin duda alguna, tal y como señalan desde Android Police, «es una interesante decisión de ingeniería». Según Google, ésta era la única manera de hacer que todo encajase al tiempo que el reloj se presentaba relativamente esbelto.
El resultado de todo ello es que, en caso de que la correa del LG Watch Sport resulte dañada, la reparación será considerablemente más cara que con cualquier otro dispositivo similar, que bastaría con cambiar la correa; sin olvidar que el desgaste y los daños podrían afectar a la funcionalidad del propio reloj.
