Hasta que aparecieron los Xiaomi, Meizu y en un último caso, aunque diferente, el de Huawei, Samsung se encontraba demasiado tranquilo en esa gama alta Android que le permitía dominar el mercado de los dispositivos móviles. A nadie se le ocurría toser al fabricante coreano, ya que ninguna se le acercaba ni por el asomo a la capacidad para lanzar smartphones de todos los colores y gamas.
Quizás por las malas decisiones o porque pensaba que nadie iba a poder arrebatarle esa dominación absoluta, se dejó llevar por el hastío y lanzó unos Galaxy S4 y S5 que no supieron dar con las necesidades en esos momentos de los usuarios que pasaban a gastarse más de los 600 euros por un dispositivo. Xiaomi saltó a la palestra, decenas le siguieron y en los años posteriores Samsung se vio entre la espada y la pared. Ahora, en estos últimos meses, estamos viendo un resurgir de la gama alta con varios teléfonos que indican una tendencia.
No todo es Samsung
El asentarte y la confianza en que todo te va muy bien, suele ser un arma de doble filo, sobre todo porque no estás poniendo toda la carne en el asador y estás permitiendo que otros tengan un momento para pensar otras estrategias para atacarte en tus puntos débiles. Pongo como a ejemplo a Samsung porque es en parte el culpable de que Xiaomi, Meizu y otras tantas se metieran entre sus largas patas, y al igual que los Ala X en Star Wars, con esas largas cuerdas transformadas en teléfonos de gama baja y media, consiguieran que los mastodónticos AT-ATs (Transporte Acorazado Todo Terreno) cayeran viéndose sucumbidos por la maniobrabilidad de los terminales provenientes desde China.
La gama baja y media asaltó el mercado de telefonía móvil y hasta Apple tuvo que buscarse una excusa para lanzar este mismo año un teléfono de menores dimensiones y a un precio un poco más bajo. Samsung ha lanzado varias series con las que contrarrestar el efecto de todos esos teléfonos entre los 100 y 200 euros, pero donde parece que puede haber un cambio de rumbo, es en el resurgir de la gama alta con productos de auténtico lujo.
La gama alta vuelve a sus fueros
Hemos conocido hoy mismo al Huawei Mate 9 Pro, un teléfono de 5,9″, 256GB de memoria interna, 4GB de RAM, pantalla con laterales curvos a lo S7 edge y una cámara con zoom óptico 4X. También hace unas semanas conocimos al gran Google Pixel, que se abalanza para llegar a la altura de Apple con sus elevados precios. Y tampoco nos podemos olvidar de que hubiera sido si el Galaxy Note 7 hubiera sido un bonito sueño en vez de esa auténtica pesadilla.
Nos vemos ante una serie de smartphones que buscan tocar los límites de los cielos que supone ahora mismo esa gama alta en la que se van a los 700-1000 euros. Y eso que me he olvidado de mencionar a Apple y sus iPhone 7, que sobrevuelan a esa gama alta de Android que busca su propio espacio para diferenciarse de esos teléfonos gama baja, más humanos y más sencillos sin cámaras duales, pantallas edge o zoom ópticos 4x.
La gran G también tiene su culpa, no solamente por ofrecer un Android 7.1 que tiene un espectacular rendimiento como se muestra en los vídeos review del Pixel, sino por obligar a Samsung y Huawei a poner todo de ellos mismos para sacar un smartphone que roce los límites y barreras que parecían insuperables, al menos ahora en los precios.
Cuando más pensábamos que nos alejábamos de la gama alta, y que no necesitábamos ya esos smartphones de elevados precios, vamos a estar presenciando como los mayores fabricantes preparan sus apuestas ganadoras con teléfonos premium de no sé cuantos megas, configuraciones duales y laterales curvos a lo edge.