Era cuestión de tiempo y finalmente, el tiempo ha transcurrido y los pronósticos se han cumplido. La Comisión Europea acaba de sancionar a Google con la mayor multa de la historia, 2,420 millones de euros a los que deberá hacer frente por abuso de posición dominante en su servicio de comparativas de compras en línea.
Además, el gigante tecnológico dispone de 90 días para cesar en sus prácticas. De lo contrario, se enfrenta a una nueva multa equivalente al 5% de los ingresos diarios globales de Alphabet, la compañía matriz de Google.
Años de investigaciones que culminan en una multa multimillonaria contra Google
En abril del pasado año de 2015, y tras un lustro de investigaciones, la Comisión Europea envió a Google un pliego de cargos que un año más tarde, en julio de 2016, fue ampliado reforzando las conclusiones de este organismo europeo. Según la Comisión Europea, Google se había aprovechando de su posición dominante para favorecer de manera sistemática a sus propios servicios de comparación de compras en las páginas de resultados mostrados por el buscador. Esto es lo que viene siendo un «abuso de posición dominante».
De acuerdo los con investigadores de la Comisión Europea, Google manipulaba de forma artificial los resultados con el fin de favorecer o imponer sus productos propios, una práctica que ha estado impidiendo a los ciudadanos europeos, siempre según este organismo, «ver los servicios que más se ajustan a sus necesidades y a sus búsquedas».
Google ha desarrollado muchos productos innovadores y servicios que han cambiado nuestras vidas. Eso es bueno. Pero la estrategia de Google para su servicio de comparación de compras no trataba sólo de atraer clientes haciendo que sus propios productos fueran mejores que los de sus rivales. En lugar de eso, Google ha abusado de su posición dominante en el mercado como buscador para promocionar su propio servicio de comparación de compra en los resultados de las búsquedas y perjudicando los de sus competidores. Lo que ha hecho Google es ilegal. Ha negado a otras empresas la oportunidad de competir según sus méritos y la de innovar. Y más importante aún: ha negado a los consumidores europeos la elección genuina de servicios y los beneficios completos de la innovación, Margrethe Vestager, comisaria europea de Competencia que podéis ver en la imagen de cabecera.
Para alcanzar estas conclusiones, los investigadores han analizado ingentes cantidades de datos, entre los que se incluyen 5,2 terabytes de resultados de búsquedas en Google, así como encuestas, datos financieros, datos de tráfico para demostrar la visibilidad en las búsquedas, encuestas, experimentos, etcétera.
Una clara estrategia
Así, la Comisión Europea ha conseguido demostrar cuál era la estrategia de la empresa. Si bien el 90% de los ingresos de la compañía son producto de la publicidad, en el año 2004 Google decidió entrar en el negocio de las comparativas de compras. Lo hizo a través de un servicio que inicialmente fue bautizado como «Froogle», renombrado en 2008 como «Google Product Search», y vuelto a renombre en 2013 bajo la denominación Google Shopping, la cual se ha mantenido hasta el día de hoy.
Este servicio facilita a los internautas buscar y comparar precios de productos en todo tipo de tiendas sin embargo, en un documento interno, la compañía reconoció que «Froogle simplemente no está funcionando», por lo que desde 2008 cambió su estrategia colocando en mejor posición y de manera artificial y sistemática a su propio servicio.
Una de las tácticas más utilizadas era retrasar a la competencia, es decir, provocar que sus resultados apareciesen en segundas y sucesivas páginas de resultados a donde los usuarios no solemos llegar. Tanto es así, que la Comisión Europea señala en su informe que «las pruebas muestran que incluso los rivales mejor posicionados aparecen de media sólo en la cuarta página de resultados del buscador».
Así, «Google daba a su servicio una significativa ventaja respecto a sus rivales» en tanto que los estudios realizados hasta el momento demuestran que los diez primeros resultados que se muestran en la primera página de resultados de Google reciben en torno al 95% de todos los clics (sólo el primero se lleva una media del 35%), mientras que ya el primero de la segunda página sólo logra una media del 1%.
La mayor multa por prácticas anticompetitivas
La sanción impuesta de 2.420 millones de euros a Google por abuso de posición dominante es la mayor multa impuesta hasta el momento. Constituye prácticamente el doble de las sanciones que en el pasado se impusieron a otros gigantes tecnológicos como Intel o Microsoft. Hasta ahora, el récord lo ostentaba la multa impuesta en 2016 a los cinco gigantes de la industria de los camiones: 3.000 millones de euros a DAF, Volvo-Renault, MAN, Iveco y Daimler, también por prácticas anticompetitivas.
La reacción de Google
El gigante tecnológico ya ha reaccionado ante la sanción impuesta. Ha sido a través de su vicepresidente y abogado, Kent Walker, quien afirma que «discrepan respetuosamente con las conclusiones anunciadas», al tiempo que «revisaremos la decisión de la Comisión en detalle y consideraremos una apelación, y seguiremos defendiendo nuestro caso».
Kent Walker
Aunque el abuso de posición dominante no es una práctica ilegal de acuerdo con las leyes antimonopolio, la Comisión Europea ha señalado que las grandes compañías tienen una especial responsabilidad por lo que no deben abusar de su ventaja limitando y restringiendo a la competencia.
Como señalábamos al comienzo, 90 días que empiezan a contar hoy mismo son los que dispone Google para «poner fin a su conducta». De persistir en su actitud, podría enfrentarse a una multa equivalente al 5% de los ingresos mundiales diarios de Alphabet.